Iglesia de Xaló
La iglesia de Santa María de Jalón, situada entre la Plaza Mayor, la calle Santa María y la calle Alicante, se originó en 1522 cuando se adaptó una antigua mezquita para uso católico. En ese momento, el edificio era suficiente para albergar a los 160 habitantes de Jalón. Sin embargo, para 1758, la población había crecido hasta 1.200 personas, y el templo original resultaba insuficiente y estaba en peligro de ruina.
En 1800, el sacerdote Bisbal obtuvo autorización del arzobispo en Valencia para construir una nueva iglesia. Los planos fueron diseñados por el arquitecto Francisco Pechuán y aprobados por la Real Academia de San Carlos. La construcción comenzó oficialmente el 8 de septiembre de 1801, pero avanzó lentamente debido a factores como la demolición de la casa-abadía, el traslado del cementerio y las dificultades de la guerra contra la ocupación napoleónica. En 1813, Jalón fue saqueado dos veces por las tropas enemigas, lo que paralizó aún más las obras.
En 1815, gracias a una significativa donación económica de la Duquesa de Almodóvar y al liderazgo del sacerdote Alemán, se reanudaron los trabajos con el apoyo unánime de los vecinos, inspirados por pasajes bíblicos. Los altares se completaron mediante acuerdos con maestros de obra y familias devotas, y finalmente, el 17 de octubre de 1830, se inauguró el nuevo templo.
La iglesia sigue un diseño tradicional de cruz latina en planta. Tiene una cúpula cubierta de tejas vidriadas azules, tres naves divididas en tres tramos y una sacristía al lado del Evangelio. La nave principal y el crucero están decorados con pilastras jónicas, capiteles de volutas angulares y un friso continuo. La bóveda de cañón incluye lunetos y carece de ornamentación adicional en las arcadas.
La fachada principal está compuesta por dos cuerpos, con un diseño que recuerda a un arco triunfal. El cuerpo central tiene grandes pilastras dóricas, y el campanario, de planta octogonal, está separado de la fachada. Sobre la entrada principal puede leerse una inscripción destacada, que añade un toque especial al conjunto arquitectónico.